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viernes, 28 de febrero de 2014

El anciano del pueblo

Una vez un anciano que vivía en un pueblo muy pequeño, tenía un caballo y cierta vez salio a pasearlo y la gente del pueblo cuando lo vieron se acercaron al anciano y le dijeron; vecino venda ese caballo, ya usted esta muy mayor para andar cuidando a ese caballo, en vez de ser una bendición para usted está siendo una maldición porque usted tiene que estar arriandolo, y el anciano les respondió: ¨Si es una bendición o es una maldición ustedes no lo saben, lo único que ustedes saben es que yo tengo un caballo¨. Al día siguiente el caballo se escapo, se fue a las montañas que rodeaban aquel pueblo, y nuevamente la gente del pueblo se acercaron al anciano y le dijeron: Ya vio vecino? por no hacernos caso el caballo y ahora si que en vez de ser una bendición es una maldición porque ni lo tiene, ni lo vendió, el anciano les respondió nuevamente: ¨Si es una bendición o es una maldición ustedes no lo saben, lo único que saben es que el caballo se fue¨. A los días el caballo volvió pero volvió con 5 caballos salvajes, y los vecinos apenados se fueron a la casa del anciano y le dijeron: Vecino hemos venido pedirle disculpas porque nosotros le dijimos que había sido de maldición para usted que el caballo se le fuera, pero ya sabemos que en vez de ser una maldición es una bendición porque el caballo regresó con 5 caballos mas, el anciano les respondió una vez mas: ¨Si es una bendición o es una maldición ustedes no lo saben lo único que saben es que el caballo regresó con 5 caballos más¨. Una vez el hijo del anciano andando en uno de los caballos se calló y se rompió la pierna y lo supo la gente del pueblo, y vinieron a la casa del anciano a decirle: Ahora nos damos cuenta que pensamos lo incorrecto porque por uno de esos caballos su hijo se callo y se rompió la pierna y ahora en vez de ser una bendición es una maldición , el anciano les dijo: ¨Si es una bendición o una maldición ustedes no lo saben lo único que saben es que mi hijo se rompió la pierna¨. Era el tiempo en que los jóvenes del pueblo debían salir a la guerra y por supuesto el hijo del anciano no podía ir, y los vecinos algo conmovidos por tener que enviar a sus hijos a la guerra vinieron a la casa del anciano y le dijeron: Vecino perdónenos ahora entendemos que en vez de ser una maldición lo que le sucedió a su hijo es una bendición porque ahora el no va a la guerra sino que se quedará con usted en casa, y el anciano paseando su mirada por todos ellos les respondió: ¨Si es una bendición o una maldición ustedes no lo sabes, lo único que saben es que mi hijo no irá a la guerra¨ 

Nota:

Sacar conclusiones a la ligera no es bueno, ni mucho menos añadir algo malo a lo poco que sabemos de alguien o de alguna situación, eso nos lleva a juzgar, sembrar cizaña, a crear problemas y malos entendidos y eso a nuestro Buen Dios no le agrada.

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